lunes, 22 de noviembre de 2010

Con la cabeza bien alta


Se puede perder y perder. Hay muchas maneras. Pero la que le tocó el pasado domingo al Lagun Aro GBC en Manresa nos tiene que hacer sentir igual de orgullosos que cuando gana. De hecho, he visto ganar a nuestro equipo unas cuantas veces jugando bastante peor que el pasado domingo en el Nou Congost. El equipo que entrena Pablo Laso puso todo de su parte para sacar adelante un partido que mereció ganar, puso el buen juego y también la casta cuando más apretaba el viejo pabellón manresano. Incluso cuando peor estaban las cosas encontró la manera de sobreponerse. Sólo una acción desesperada de Rodrigo San Miguel (que magnífico jugador) arrebató al GBC lo que era suyo por derecho. Esa penetración es lo más parecido a lanzar una moneda al aire que he visto en mucho tiempo, hay que tener el valor de jugársela, pero la fortuna acompañó al base rival. Para nosotros fue cruz, pero si ese tiro en lugar de golpear en el aro y caer dentro, rebota y cae fuera, estaríamos hablando del magnífico trabajo del GBC para cosechar una gran victoria. El triunfo no fue tal, pero el partido y la labor realizada siguen siendo dignas de elogio, por supuesto que sí.

Es una lástima que el partido no fuera televisado porque dejó cantidad de detalles en los que fijarse, aunque por encima de todo, fue un precioso partido de baloncesto. Llama mucho la atención la puesta en escena del Manresa, tanto en el arranque de partido como en la salida tras el descanso el equipo catalán parece un ciclón. La falta de calidad la suplen con una entrega brutal, un despliegue defensivo que requiere máxima concentración y un apoyo de la grada que les lleva en volandas. Ante esto, el Lagun Aro puso buen baloncesto, así de claro. El GBC no dejó de creer en su idea de juego y eso le permitió hacerse con la manija del partido. Mucha culpa de ello tuvo Ricardo Uriz, que tiene esa virtud de cambiarle la cara a la situación cuando peor van las cosas. Su entrada en la primera parte enfrió a un Manresa que gozó de rentas entorno a los 10 puntos en el comienzo. Cuando entró el capitán del equipo el ritmo de juego giró hacia nuestro favor y el ataque funcionó tan bien como lo viene haciendo toda la temporada.

Sinceramente, en el segundo cuarto el difícil pensar que el partido se le pudiera escapar al Lagun Aro. Desde una defensa excelente puso el partido donde más le interesaba, no dejando jugar en transición a su rival y obligándole a jugar ataque posicionales donde sus recursos bajan ostensiblemente. Era evidente que a Manresa la única carta que le quedaba para ganar el plantear un partido loco. Y aún así, el GBC aguantó el primer envite. Y no es sencillo.

Ese primer envite llegó tras el descanso, Manresa salió a revolucionar el partido y tras unos minutos complicados, con el mejor Panko de la temporada a la cabeza, se volvió a poner la ventaja en 10 u 11 puntos. El gesto de carácter de los nuestros fue tranquilizador, les confieso que en ese momento pensé que ya no se nos podía escapar. Pero no contaba con los 8 puntos seguidos de Grimau. Ese parcial es el que mete de lleno al Manresa en el partido. Y, si les digo la verdad, tranquilamente pudo fallar los tres tiros, porque fueron decisiones de héroe o villano, de remontamos o se nos va el partido al carajo definitivamente. Y por desgracia fue lo primero.

Aún y con eso, el GBC aguantó el tipo. Ante los 6 de 7 triples del último cuarto del equipo rival siguió en pie. Fue entonces cuando se notó la diferencia de tener a Salgado o no tenerlo, porque gestionó muy bien los últimos ataques del Lagun Aro. También es muy buena señal que Jimmy Baron no se esconda en esos instantes. Hubo un triple suyo de ocho metros que provocó un unánime oohh!! en la grada, pero más espectacular me pareció a mí una penetración al final posesión que acaba con un tiro dejándose caer para atrás. Demostró un gran carácter y no esconderse. Lástima que fallara un triple que hubiera supuesto la puntilla. Ese triple lo falló en pleno festival, no sé si fueron cuatro o cinco seguidos por parte de los dos equipos en la recta final del partido y el único que se salió, el de Jimmy, al que poco hay que achacarle.

Pero aún y cuando Manresa se pone por delante a falta de pocos segundos para el final, Lagun Aro encuentra la manera de volver a darle la vuelta. La jugada que acaba en el triple de Tskitivili está ideada y ejecutada a la perfección. Sólo esa canasta de San Miguel nos priva de una victoria para la que hicimos méritos de sobra.

Lo peor, las pérdidas de balón, evidentemente. Es muy difícil ganar fuera (y en casa) si pierdes 23 balones. Personalmente, también eché en falta que se aprovechara un poco más la superioridad de nuestra pareja interior titular, tuvieron menos protagonismo del que era deseable, pero claro, ahí también entra el mérito de la buena defensa del rival.

Lo que más me gustó, sin duda comprobar que hemos recuperado al Panko de primer nivel, que Ricardo firmó un gran partido fuera y que ante las adversidades que te plantea un partido tan duro y complicado como el del domingo en el Nou Congost, el equipo sale airoso, es capaz de desarrollar su juego, de firmar altos porcentajes, de defender duro, de mantener el tipo en los malos momentos y de tomar buenas decisiones en un final apretado con todo en contra.

Por todo eso, pero especialmente, por la imagen ofrecida, podemos decir que el equipo cayó, pero que lo hizo con la cabeza bien alta. Y también que podemos estar seguros que son más los argumentos positivos que los negativos que podemos sacar de este partido. Me siento muy orgulloso del Lagun Aro GBC que jugó en el Nou Congost, tanto como lo estoy del que estamos viendo toda esta temporada. Viene una parte complicada del calendario y creo firmemente que es ahora cuando más tenemos que confiar y creer en nuestro equipo. Primero, porque dar razones de sobra para ello, y segundo, porque jugando así se le puede ganar a cualquiera. ¡Así que a por el Valencia!

No me quiero despedir sin mandarle un abrazo enorme a uno de los grandes del baloncesto guipuzcoano. El veterano árbitro Antxón García, del que tanto hemos aprendido en la cancha y que tantos años lleva siendo uno de los responsables de que cientos de locos por el basket nos los podamos pasar bien jugando cada fin de semana, va a estar un tiempo lejos de las pistas por un problema de salud. Desde aquí le quiero enviar todo el ánimo del mundo y decirle que somos muchos los que agradecemos su enorme y contagiosa ilusión por el baloncesto. No es un árbitro, es un maestro y le vamos a echar muchísimo de menos hasta que vuelva coger un balón y desear suerte a ambos equipos antes de lanzarlo al aire. Recupérate pronto Antxon, te estaremos esperando sobre el parqué.

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martes, 16 de noviembre de 2010

1 contra 1: ¿Objetivo la permanencia?

 Objetivo: ¿Permanencia?

Durante la pretemporada el objetivo de la permanencia parecía claro. Pensar el cualquier otra cosa traía recuerdos de malas experiencias. El presupuesto del GBC había mermado y en un tiempo de crisis que azota a todos los clubes, no se pensaba en otra cosa. Han pasado casi dos meses desde que se levantó el telón de la temporada 2010-11. Ahora, con el balance de 5-2 y las sensaciones que desprende el juego del equipo, podemos jugar a imaginar otros objetivos. ¿Es el momento? ¿Cual es ese objetivo? ¿Dónde se puede llegar? ¿Cual es la forma?

Iker
Me resisto a pensar que el objetivo del Lagun GBC sea simple y llanamente la permanencia en la ACB. Me niego. La permanencia no puede ser todo a lo que aspire nuestro equipo, eso significaría estancarse, ofrecer muy poca ilusión a una afición que necesita estímulos después de una pasada temporada bastante decepcionante. Tampoco estoy diciendo que nuestro equipo tenga la Copa y los playoffs como una obligación, por supuesto que no; pero sí aspiro a que el GBC suba un peldaño en su progresión y aspire a terminar la temporada en puestos superiores al 14º de la pasada temporada. Sinceramente, menos que eso me parecería desolador. Comprendo la importancia de jugar la ACB, pero permanecer en esta Liga sin competir de alguna manera, sin ambición alguna, es casi como no estar. También entiendo la prudencia de Ramoneda esta temporada no saliéndose del guión de 'la permanencia y nada más', aunque me da un poco de pena porque esas declaraciones en las que decía el pasado año que el equipo tenía que estar entre el 9 y 12 me parecieron las más valientes y acertadas que ha hecho desde que está en el cargo. Él está convencido de que esas palabras le han hecho daño, sin embargo, yo pienso todo lo contrario.
Si la pasada temporada no fue la de dar ese salto de calidad que nos llevara a un zona más templada de la tabla, ésta debe serlo. La plantilla es más completa y compensada; para hablar del juego aún es pronto pero no tiene mala pinta, ¿verdad? Todos sabemos que queremos algo más que la mera permanencia. Al mismo Laso y a los jugadores se les han escuchado declaraciones más ambiciosas que ese discurso conformista de la permanencia y nada más, mesuradas, pero más ambiciosas... Mirando en la otra dirección, la Copa y los playoffs en ningún momento deberían ser un objetivo propiamente dicho hoy en día sino más bien, en todo caso, una consecuencia del trabajo bien hecho, un sueño agradable; sobre todo porque este año el nivel de la ACB por arriba es verdaderamente alto. La verdad, yo sueño simplemente con que el equipo pudiera pelear por alguna de esas cotas. Volviendo a la realidad; no puedo conformarme solamente con la salvación, es la hora de mirar hacia delante, de aspirar a algo más, de no ser timoratos sino valientes, de cambiar indecisión por determinación y tibieza por carácter ganador. Siempre con los pies en el suelo, eso sí, y con esa fórmula de pensar siempre en el próximo partido (que suele ser sinónimo de éxito), pero conscientes de que este equipo da para algo más que sólo poner dos equipos por debajo. Y por ese camino y con esa actitud seguramente veamos más gente sentada en las gradas del Donostia Arena 2016. Brindo por ello.


Carlos
Claro Iker, claro. El problema es que salir a dar titulares efectivamente puede costar caro. El primer paso que el Lagun Aro debe dar es la permanencia. Después ser sólidos en casa e ir creando un estado de ánimo para ellos mismos y para los rivales de que el DA2016 es un campo muy difícil. Casualmente, ambos objetivos se consiguen manteniendo el enfoque en la misma dirección: El siguiente partido.
Si te fijas, los equipos que luchan por la permanencia (que no se decide hasta 1, 2 jornadas para teminar e involucra a no menos de 6 equipos) y que se hacen fuertes en casa, consiguen acercase a esos puestos deseados que dan opciones de copas, playoffs, etc.
Mirar más allá es ensoñar. No hay nada malo en ello si se vive en la realidad, pero si se quieren vender motos como si fuesen cohetes espaciales, cuando se descubre el engaño, se paga la factura.



Iker
Es que la permanencia no es dar un paso, es quedarnos donde estamos (ojo, que es la ACB). Yo creo que en la progresión natural de este equipo, lo siguiente es dejar de formar parte de ese grupo que sólo lucha por salvarse y nada más. La virtud de ser sólidos en casa es la base en la que apoyar ese salto de calidad. Una virtud tan importante que puede significar olvidarse de apuros. En lo del enfoque de partido a partido estamos totalmente de acuerdo, debe ser el único horizonte, pero no confundamos términos, ése es el camino y aquí estamos hablando de la meta. ¿De verdad crees que este equipo no da para algo más que para evitar los puestos 17º y 18º? Porque yo estoy convencido de que sí.

Tampoco me quiero dejar cegar por el brillante arranque de temporada. Y también pienso que hay que saber llevar los tiempos. Además aceptar que primero hay que asegurar la permancia para después pensar en algo más, que ese es el camino, yo creo que en ningún caso hay que hablar de Copa hasta que queden dos tres jornadas para el final de la primera vuelta y verte con opciones sólidas y reales. Nombrar siquiera el playoff me parece un quimera. No es momento de discutirlo ni me parece relevante. Otra cosa es que si el camino sigue siendo así de sólido y aparecen opciones consistentes de Copa, ni tan mal. Sería fantástico para el club y la afición. Pero repito, cuando llegue el momento ya hablaremos, porque no lo asumo como un objetivo sino como una posible consecuencia. Lo que sí me parece de recibo es aceptar que el Lagun Aro puede y debe esta rondando esos puestos del 9º al 12º, al menos estar más cerca de ellos que del fondo de la tabla, ése es el salto de calidad que quiero y creo que debe darse. Los pies en el suelo, sí; pero la vista en el cielo.


Carlos
¿Qué la permanencia no es un paso? En una temporada en la que se reduce el presupuesto y se es más clase baja. ¿Sí? ¿Seguro? Siguiendo tu lógica, ¿donde está el fin? ¿Cuando Caja Laboral Baskonia gana al Regal Barça la liga, a qué debe aspirar la siguiente? Para mi es sencillo y más en baloncesto donde los presupuestos son vitales para definir la calidad y (y objetivos) de un equipo. Con 5 millones de Euros, el objetivo es la permanencia. Sencillo.
Es difícil no mirar más allá. El GBC está obteniendo unos espectaculares resultados y sobre todo está jugando con una gran solidez. Yo sigo pensando que en una liga sin clase media, la permanencia debe seguir siendo el objetivo. Cuando se lleven las 12 victorias, sólo entonces se debe mirar más allá. ¿Que el día a día permiten luchar por la Copa? Bien, pero no olvidemos lo ocurrido la pasada temporada y las consecuencias que tuvo. No hay otro camino para un equipo modesto (y el GBC lo es) que ir partido a partido. La leche la vendemos cuando lleguemos al mercado y con los beneficios veremos lo que hacemos.


Iker
Seámos sinceros; ahora mismo, no hay nadie, absolutamente nadie en el GBC y su entorno que en su fuero interno no esté pensando en la Copa. Todos amigo mío, todos. Jugadores, cuerpo técnico, directiva, patrocinador principal y, por supuesto, prensa y afición. Todos tenemos ese -de momento- secreto deseo. Yo repito que hasta que falten mínimo cuatro jornadas para el final de la primera vuelta no voy a echar cuentas. En cualquier caso, lo piensen o no en la plantilla, su postura y actitud me parece la más inteligente. La pasada temporada Fuenlabrada ganó los cuatro primeros partidos de liga y no fue a la Copa... además pasó algún que otro apuro para salvarse. Se trata de que esto no sea flor de un día. Y de ahí mi siguiente reflexión, estamos hablando de objetivos cuantificables numéricamente, 12 victorias, puestos en una clasificación... en mi opinión tan importante como el el qué es el cómo. Es decir, que para mí uno de los objetivos principales de la temporada es que el equipo juegue un buen baloncesto y muestre un compromiso similar al que viene esgrimiendo. Porque así, divierte y transmite muchísimo.
No nos engañemos, si el equipo sigue con esta actitud y jugando de esta manera no vamos a pasar apuros. Las derrotas llegarán y seguro que habrá malos momentos durante la temporada, pero no olvidemos que de esas doce victorias que pides como primer paso, sólo nos falta una para tener la mitad. Todo lo que planteas de saber quienes somos me parece clave, este equipo está prosperando a base de humildad y deseo; si ahora viaja a Manresa (donde jamás hemos ganado) sintiéndose superior, favorito, en lugar de aceptar que ésta es una cita de nuestra liga y además una de las más duras, mal nos va ir. Pero lo mejor de todo es que saben perfectamente dónde están y lo que deben hacer. Si el Lagun Aro GBC es capaz de mantener estas ganas y, a la vez, encuentra una consistencia en su juego, la permanencia vendrá por sí sola y podremos hablar de otras cotas. Queda un mundo y muchísimo trabajo por delante; pero no albergo dudas que el lugar de nuestro equipo no debe estar cercano a los dos últimos de la tabla en la ACB. Y creo que no lo va a estar.




Carlos
Tú lo has dicho Iker: "Si el equipo sigue jugando así..." Pero esto es como la bolsa "rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras..."
Todos queremos seguir disfrutando. Que el equipo siga jugando de este modo. Que los resultados sigan siendo positivos. Que el GBC siga siendo el equipo de moda. Sí Iker, este es el camino. Tú sabes tan bien como yo que habrá momentos malos, que pueden llegar lesiones y hasta cantos de sirena (véase el caso Ingles). ¡Hay tantas cosas que pueden pasar! ¿Y cómo reaccionan los protagonistas? Ayer escuché a Miralles en la Cadena SER decir lo de "partido a partido" y lo de "seguir siendo fuertes en casa". Para poder soñar, se han de tener unos cimientos fuertes. Este club es de los humildes (que todavía no ha tenido que acogerse a ninguna ley concursal) y su objetivo es el que es. Ellos lo saben. Nosotros también. Claro que hay que ser ambiciosos, pero es que se han jugado 7 de 34 jornadas (34/7=menos de la 5ª parte de la competición). Es pronto Iker. Es pronto. Yo coincido plenamente con el discurso oficial. El partido a partido es lo que ha permitido ir 5-2. El partido a partido es lo que puede llevar a este equipo a su objetivo: la permanencia. Después, el partido a partido dirá hasta donde se llega.
Ilusión sí, claro. Con los pies bien apoyados.


¿Y tú qué opinas?


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sábado, 13 de noviembre de 2010

Este equipo va muy en serio


Les confieso que tengo muchas cosas en la cabeza... por encima de todas, una sensación de felicidad, de plenitud que no se me quita con el transcurso de las horas. Me quería tomar un tiempo antes de escribir porque en caliente podría alejarme demasiado de la objetividad y tanto no debo, aunque tampoco quiero que esta huella tan edificante que me dejó el derbi (a mí y unos cuantos miles) se me borre por completo. Porque lo que aquí refleje no sería real si no plasmo en cierto modo ese sentimiento. Lo primero, para todos aquellos aficionados del Lagun Aro GBC que no pudieron estar en el Donostia Arena 2016, lo siento mucho. Recomiendo ver el partido en ACB360, yo le voy a dar otra vuelta porque vale la pena; sin embargo, lamento decir que ahí no se va a reflejar el ambientazo que se respiró en la grada. Es de los días que mejor me lo he pasado allá arriba en Illumbe.

Dicho esto, quiero recordar que, en mi opinión, la asignatura pendiente más importante para el GBC esta temporada era generar ilusión. O más bien, devolver la ilusión a un público que necesitaba algo en lo que creer tras la pasada temporada. Bien, a estas alturas se puede afirmar sin miedo a equivocarse que la ilusión en la afición guipuzcoana está disparada y hablando exclusivamente de ello, ésta es una de las mejores noticias que podemos tener. ¿Por qué esta ilusión? Yo veo tres razones fundamentales: Por un lado, la actitud que muestra este equipo sobre la cancha, el derbi es el ejemplo perfecto, pues era evidente cuál de los dos equipos deseaba más la victoria. Además, la unidad del grupo, la sensación de bloque es realmente esperanzadora. Y por último, no podemos obviar que el baloncesto que está practicando el Lagun Aro GBC es imposible que no potencie el ánimo y la fe de los aficionados.

Centrándonos en el partido, hay muchas cosas que llaman la atención. La diferencia entre tener un base de verdad (o dos) y no tenerlos es una de ellas y muy importante por cierto. No sé cuántas veces en un derbi habrá salido ovacionado un jugador por ambas aficiones, pero es que el partido de Javi Salgado bien lo mereció. Pero no quiero olvidarme del trabajo de Ricardo Uriz, que para mí estuvo genial en labores que requieren ponerse el buzo y ensuciarse. Es curioso comprobar como la influencia sobre el partido de Aaron Jackson no fue vital a pesar de protagonizar acciones de mérito y en cambio el ritmo de juego lo dominó por completo el GBC. Se jugó el partido que nosotros queríamos y así todo es más sencillo. Laso decía en la previa que el base titular de los bilbaínos le parecía un muy buen dos y viendo su capacidades cara al aro y su nula dirección, hay que darle la razón.

Y más allá de la enorme influencia de la dirección de juego en este partido no podemos obviar que David Doblas volvió una vez más a demostrar que está en el mejor momento de su carrera, que a la honestidad y honradez que siempre ha puesto a la hora de esforzarse ahora ha sumado templanza, seriedad y muchísima cabeza en todo lo que hace. Su partido ante el BBB fue un diez. Un rotundo e innegable diez. Que Doblas y Miralles se complementan a la perfección se demuestra cada día. Siempre es uno el objeto de mayor protagonismo ofensivo, siempre en uno confluyen los destinos estratégicos del ataque donostiarra cuando éste llega a la pintura, mientras el otro se busca la vida en segundas opciones; por eso están brillando alternativamente. Pero si cuando Doblas es protagonista hace 17 puntos con 7/10 en tiros de campo y 9 rebotes y Miralles le acompaña con un 10+10, difícil es superarles por mucha artillería interior que traiga el rival.

De hecho, cuando comparten minutos, la defensa en la pintura del GBC da un empaque al equipo que dispara su confianza, ayuda muchísimo a que los exteriores tengan la certeza de que si aprietan en el perímetro, no tienen nada de qué preocuparse en la zona. No sé si me gusta más cómo se desplaza Miralles o cómo aguanta David en el cuerpo a cuerpo; bueno sí que sé qué me gusta más: ver al colectivo dejarse la piel para proteger su canasta. Y si antes destacaba el trabajo sucio de Uriz, no voy a dejar pasar el partidazo de Domen Lorbek. Es cierto que necesita recobrar la confianza en su tiro, pero su labor defensiva (no olviden que lo mismo defiende escoltas que aleros y lo hace con acierto) y su toma de decisiones en ataque, le convierten en una pieza clave en el éxito del GBC más allá de lo que digan los fríos números.

Sobre Jimmy Baron, no me quiero dejar pasar la importancia de que los días que no le toca brillar tanto es capaz de sumar (aún no ha bajado de 10 puntos en ningún partido) sin consumir excesivas posesiones y sin condicionar negativamente en el juego ofensivo de su equipo. Es útil aunque ni siquiera reciba, sobre su amenaza concentra muchas atenciones y sus defensores -que le ponen fino a hostias, dicho sea de paso- tienen que recorrer muchos metros para perseguirle, con el desgaste que ello requiere. Pero por encima de eso, me encanta ver las caras de incredulidad de la gente cuando mete triples como su primero ante el BBB y más aún el evidente murmullo cada vez que recibe en condiciones de levantarse.

Sí que este asunto en particular me genera una duda. Cuando falta Baron sobre la pista, Panko también pero sobre todo Baron, echo de menos una referencia ofensiva en el exterior. No estoy hablando de un tipo que anote sino de alguien a quien buscar; lo echo de menos cuando el escolta de Rhode Island se queda en el banquillo.

Y ya que nombro a Panko, la actuación del tres titular de este equipo me surgiere dos reflexiones. En primer lugar, que me parece muy buena señal que por primera vez en la temporada sea el jugador que más posesiones dispone en el partido, es la confirmación de que se está acercando a su verdadero nivel. Y segundo, entre los muchos aciertos de Laso, uno de los más grandes, demostrar su confianza manteniéndolo en el campo después de la antideportiva a Hervelle. Con este gesto el entrenador demuestra conocer a su jugador, que en esos momentos de tensión siempre se crece y también le dice que cree en él porque quitándole sólo le habría frustrado. Panko contestó con varias canastas y faltas recibidas, aunque quizá dedicarle aquel fade-away al árbitro, por mucho que nos alborozara en la grada, se lo tendría que haber ahorrado. Pero cuando eres Andy Panko no vas a dejar que nadie te tome el pelo en tu casa.

Lo cierto es que fue un partido vibrante, lo pasamos muy bien viéndolo y te levantas con otra cara después de una tarde noche tan agradable. Este equipo va muy en serio. Y ahora es cuando llego allí donde muchos tienen su cabeza. En los días previos al partido leí y escuché en repetidas ocasiones desde Bilbao que el BBB venía a Donostia en busca de una victoria que les acercara a la Copa, incluso que les metiera de lleno en la Copa. La victoria, en cambio, se quedó en casa y la sumó un GBC que estaba con las mismas victorias. Entonces, somos nosotros los que nos acercamos, ¿no? Creo que no hay duda de que eso es así.

No encuentro razones para que la afición no sueñe, se ilusione y crea que el premio de la Copa es posible. Pero que se vea como un premio, como una consecuencia, como una ilusión (aún muy lejana) y no como una obligación. Más que por las cinco victorias, es lo que desprende el equipo, lo que transmite su unidad y su juego lo que nos puede convencer que un hito como ése puede ser posible. Ahora bien, es muy pronto para comenzar a hacer cábalas, para echar cuentas y, por encima de todo, sería un error terrible exigirle al equipo ese logro. Queda muchísima primera vuelta y estoy de acuerdo en dos cosas: que la posibilidad está ahí y que, sin ambages, el equipo tiene lo que hay que tener para conseguirlo. Lo importante reside en cómo enfocarlo. Si lo vemos como una bonita oportunidad, algo agradable por lo que luchar cuando llegue el momento, fenomenal. Pero el instante de temporada por el que pasamos, a lo que invita es a ir a Manresa la próxima semana sin apuros, con poco que perder, que ya es bastante. Sigo pensando que el partido a partido es el camino a seguir y que las cuentas se hacen a falta de tres o cuatro jornadas para el ecuador de la liga regular. Pero sí, yo también soy consciente de que es algo que está al alcance a poco que sigamos en esta línea. Ahora bien, cada cosa a su tiempo; ahora por mi cabeza ronda solamente ganar por primera vez en el Nou Congost de Manresa.

En toda esa corriente de optimismo, lógica, pero tan alienante para el equipo como las críticas continuadas, los que mejor lo están gestionando son, precisamente los miembros de la plantilla. Si ahora caemos en la contradicción de exigir Copa, nos estaríamos olvidando de nuestra condición y de lo que podemos/debemos esperar de nuestro equipo. Un ambiente de ansiedad tornaría la enorme positividad que se respira en decepción a nada que se encadenen un par de derrotas seguidas (que pasará y no será ninguna tragedia).

Por suerte, algún jugador cuando entró al vestuario en medio de la celebración dijo: "Eh, todo esto está muy bien, pero ahora a ganar a Manresa". También escuché, a Salgado, concretamente: "Si ahora perdemos la humildad y dejamos de respetar a los rivales, mal nos va a ir". Y por último, un jugador me confesaba charlando con él tras el partido, primero, que la sensación dentro del campo de ver que todo el mundo está comprometido es genial y también que ellos tienen muy bien aprendida la lección del año pasado y no van a permitir que esto les haga confiarse un ápice. Me parece la actitud correcta. Y eso que entendiendo que la afición deje volar su mente y piense en algo más. Los que lo hagan, tienen argumentos para ello, pero encontremos un equilibrio. Ya lo dije hace un par de semanas, ni creernos los Lakers, ni acomplejarnos. Que este equipo da para mucho más que sólo la permanencia lo tengo clarísimo.

Pero es que precisamente el no creerse nada más, el trabajo desde la humildad, el partir del esfuerzo colectivo es el gran secreto de este Lagun Aro. No me digan que no era evidente que el GBC estaba demostrando importarle mucho más el partido que al Bilbao Basket, que la distancia entre lo que lo deseaba el equipo de Laso era abismal con el BBB. Es la clave. Sigamos por ese camino.

Y por todo lo dicho, creo que es de justicia reconocer el trabajo de una persona y de su grupo de trabajo. Se ha hablado mucho de si habría que renovar a Jimmy Baron cuanto antes... En ese caso, aunque es un jugador que me convence por completo, creo que hay que dejar que transcurran las jornadas para hacernos una impresión más formada. Pero en el caso de Pablo Laso, artífice de todo esto de lo que estamos disfrutando, creo que sí es el momento de comenzar a nombrar la palabra renovación. Y de ponerse a ello cuanto antes.

Para terminar, a todos los que están recortando la clasificación, a los que toman esto como una anécdota, les invito a romper ese trozo de papel y a pensar que estamos ahí por méritos propios (porque desde luego que no nos han regalado nada). Pero hoy en día la clasificación es lo que menos me importa, ni la miro, porque lo que me transmite el equipo me vale y me sobra para estar más que satisfecho con este Lagun Aro GBC. Este equipo va muy en serio.



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domingo, 7 de noviembre de 2010

No es justo


Lo que sucedió la mañana del domingo en el Madrid Arena no es justo en absoluto. No digo que no mereciéramos perder, lo que sí sé es que no tendríamos que habernos vuelto a casa con 30 puntos de diferencia. El partido apenas dura dos cuartos; el primero, de ensueño, y el segundo, que se convirtió en una auténtica pesadilla. Qué quieren que les diga, en mi opinión, el Real Madrid-Lagun Aro GBC estuvo total y completamente condicionado por la actuación arbitral. No por decisiones puntuales sospechosas, no; estuvo marcado por dos varas de medir completamente opuestas en ambos lados del campo. Es verdad que desde el segundo cuarto no pudimos ver la mejor versión del equipo de Laso, pero también es cierto que no le dejaron. Cuando los blancos subieron su nivel de intensidad y agresividad en defensa, la connivencia arbitral propició una diferencia en el marcador que no se me antoja justa ni real.

Era muy fácil pitar contactos tontos a Doblas o Panko e igual de sencillo era obviar defensas madridistas que no es que se acercaran al límite de la falta, es que lo sobrepasaban ampliamente. Los contactos y el uso de las manos de Tucker sobre Jimmy Baron rozaron lo indecente. Todavía me pregunto cómo el Madrid se pasa todo el segundo cuarto sin serle pitada una falta hasta que en los últimos segundos le señalan la única en ese parcial. Ahí quedó condicionado el partido para los restos. Pero de esto nadie se va a acordar en unos días, quedará la derrota y a nosotros las ganas de saber si el GBC podría haber plantado cara al Madrid en un choque de igual a igual. Desde luego, que el principio fue prometedor; pero sólo nos hizo falta observar los primeros minutos del segundo cuarto para darnos cuenta de que, aunque quisiéramos, no nos iban a dejar salir con la victoria de allí. Llevamos con el tema de la falta de respeto arbitral hacia el GBC desde la primera jornada, en Madrid fue algo tan evidente como frustrante. Y no es justo.

Le podemos dar todas las vueltas del mundo a lo sucedido, mirar las estadísticas mil veces; los 25 balones perdidos, el bajísimo porcentaje de tiro... da igual, todo está condicionado por lo que a unos les permitieron y a lo que a otros no. Lo realmente relevante en este momento es, primero, pasar página cuanto antes, interiorizar que sólo es una derrota y que no pasa nada y no permitir que esto nos afecte ni un ápice, sobre todo en lo moral. Ahora sólo importa llegar al viernes en las mejores condiciones posibles, sobre todo anímicas. La confianza en el equipo sigue siendo absoluta.

Luego está lo que podemos aprender de este partido. Y va sobre prosperar ante las adversidades. Va a haber más días que nos piten mal, que el equipo contrario tenga bula arbitral para hacer lo que le plazca en defensa porque no nos vamos a sorprender ahora de que hay ciertos equipos, entrenadores y jugadores a los que se les mide con otro rasero. Y aún y con eso, cuando nos toque como ayer, debemos ser o intentar seguir siendo competitivos. Porque en lo que a basket se refiere tenemos armas para plantar cara. No se dejen engañar por el resultado de ayer porque no es justo.

Y más allá de todo lo que escapa a nuestro control, preocupémonos desde ya de lo que sí depende de nosotros. Porque igual de real es que un buen número de balones los perdemos por una mala toma de deciones; que más veces de las deseadas jugamos a canasta en desventaja, y no hablo de tirar con un defensor encima, sino de jugárnoslas uno contra dos o uno contra tres en lugar de prosperar en busca de una mejor opción -algo que ayer no era sencillo, dicho sea de paso-.

Pero hay que entender que nuestro segundo cuarto, más allá de lo que piten o dejen de pitar, no ha sido lo que podemos esperar de este GBC. Los cambios, sobre todo en el interior, no han dado la talla. Y en el exterior, más que cualquier otra cosa, me preocupa la falta de un anotador solvente cuando descansa Baron. Ése debía ser Lorbek y es cierto que su falta de confianza o acierto no se lo está permitiendo por el momento. Sería fácil hacer sangre con Alfonso Sánchez pero no creo que sea justo, hay que entender cuál es su rol y todo lo que nos da. A Kone y Skita sí que se les debe dar un buen tirón de orejas, salieron y no sabían de dónde les daba el viento...

Algo que se está convirtiendo en normal en esta primera parte de temporada es la diferencia entre jugar en casa y fuera para Ricardo Uriz. El capitán está siendo brillante en el Donostia Arena, su influencia sobre el partido ha sido siempre amplia y positiva. Por desgracia, lejos de Illumbe aún no ha conseguido sentirse cómodo. Pero seguro que lo hará, ya nos lo ha demostrado muchas veces. Otra realidad es que cuando las cosas se tuercen, hay una serie de jugadores que nunca cejan en su empeño. Con mejor o peor suerte, pero no se rinden jamás. Aunque ayer no fue su día, Uriz es uno de ellos, pero el caso más evidente es el de Albert Miralles. Sigue y sigue pase lo que pase. No hay que acordarse sólo cuando ganamos. Y ayer fue el mejor. Sobre esta lucha, Doblas y Panko son siempre de los primeros en acudir, sin ambajes, sin excusas, no dan cuartel. Pero ayer no les dejaron a ninguno de los dos. Y me da pena y me da rabia quedarme con las ganas de saber qué habría pasado si les hubieran respetado, puede que saliéramos perdiendo igualmente, pero nos quedamos sin saberlo.

Y sobre Jimmy Baron, qué se puede decir... Mientras le dejaron ofreció una exhibición de su clase. Después se convirtió en la víctima de una defensa procaz y sucia que su permisividad roza lo obsceno. Un jugador de sus características tiene que acostumbrarse a ello y seguir encontrando vías hacia el aro, porque ya se puede ir acostumbrando a defensas férreas sobre su persona. Pero de lo dicho, pienso lo mismo al revés de lo que le pitaron a Doblas cuando protegía su aro... Injusticia pura y dura. Que en este partido acabemos con ocho faltas más que el Madrid (y eso que lo maquillaron al final), que en el segundo y tercer cuarto ni se acercan al bonus, habla no de errores puntuales, que lo mismo que los jugadores fallan tiros los árbitros se pueden equivocar. Pero no, aquí hubo diferencia de criterio. ¿De verdad hace el Madrid una sola falta en todo el segundo cuarto? ¿Seguro? ¿En serio?

Así, lo que era una mañana de domingo en la que muchos nos levantamos con ilusión para ver el partido, se tradujo en una tomadura de pelo, una pérdida de tiempo, un simulacro de partido. No quiero ni pensar en cómo se sentirán los aficionados donostiarras que pudieron desplazarse a Madrid... que les devuelvan el dinero. Pero sinceramente, en este caso, no creo que esto sea culpa la tenga el equipo de Laso; el GBC no ha firmado su mejor partido pero ni mucho menos mereció ese castigo.

Y lo voy a dejar claro una vez más, no digo que se pierda por los árbitros. El GBC no ha jugado bien. Pero honestamente pienso que el juego ha estado del todo condicionado por el arbitraje. Y que esto no es justo.

Quizá esté yo muy equivocado y he visto otro partido. En cualquier caso, no decrece un ápice mi ilusión y confianza en este equipo, voy a borrar cuanto antes de la memoria lo sucedido en el Madrid Arena y voy a centrarme únicamente en lo que viene el próximo viernes, que nada más y nada menos significa el primer plato fuerte de la temporada en el Donostia Arena 2016: el derbi frente al Bizkaia Bilbao Basket, un duelo en el que no albergo dudas de que nuestro equipo puede darnos una nueva alegría. Si lo que pasó ayer refuerza incluso la motivación del equipo, si ha herido el amor propio de unos jugadores que son conscientes de que el resultado final no hace justicia a sus capacidades, seguro que el viernes veremos otra vez la mejor cara de un GBC que seguro estará arrancándonos de nuevo aplausos por su buen baloncesto. Hoy, más que nunca, ¡Aupa GBC!


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lunes, 1 de noviembre de 2010

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