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domingo, 20 de febrero de 2011

Días como éste son los que nos matan


Son estos partidos en los que se nos escapa entre los dedos cualquier posibilidad de aspirar a ser algo más. Partidos en los que atestiguamos a ciencia cierta que el Lagun Aro GBC tiene lo que hay que tener para sumar la victoria pero la deja escapar. Los partidos para no dormir como el de Fuenlabrada nos enfadan, pero son días como éste los que nos matan, los que cercenan nuestras opciones crecer. Lo que quiero decir es que cuando juegas mal, cuando no te sale nada y te pegan una paliza pues bueno, aceptas que no era el día y punto; pero cuando demuestras que tus armas son adecuadas y suficientes para imponerte y las desperdicias... el sabor a oportunidad perdida es muy amargo.

La puesta en escena del GBC, su fluidez en ataque, su intensidad durante toda la primera mitad nos pusieron los dientes muy largos, nos hicieron creer. Nos devolvieron a otro estado de ánimo que hace no tanto tuvimos y que el equipo está luchando por volver a adquirir. Su voluntad de mejora se ve de lejos. Pero el apagón del tercer cuarto volteó el ritmo de juego, el factor anímico y en consecuencia, el partido en general. En el diccionario del baloncesto la d de defensa siempre tiene que venir antes que a a de ataque. Y ayer quedó meridianamente demostrado. Hay quien menosprecia la defensa, total, si atacamos bien tampoco hace falta darle una importancia vital al trabajo atrás... Para mí, y es una opinión totalmente personal, ése es un error que te condena a la mediocridad.

A la vez, creo que el Lagun Aro aspira a no ser mediocre. Pero una defensa como la del tercer cuarto en Vistralegre te pone los grilletes que te condenan a la tierra de nadie como castigo perpetuo. No me cansaré de repetirlo, el GBC esgrimió ayer las armas necesarias para llevarse la batalla y cuando la tenía en franquicia la tiró a la basura. El juego, el planteamiento de Laso, el destino del balón en cada ataque eran los adecuados. Y sin embargo nos dejamos algo por el camino. Los pivots de Estudiantes nos matan de fuera hacia dentro y nos ganan la partida por la mano. Entre los tres interiores que juegan ayer -Asselin, Clark y especialmente Caner Medley- anotan 52 puntos suman 60 de valoración. Y eso que un solo pívot nuestro hace más o menos la mitad que los tres del Ramiro... Miralles suma 23 puntos y valora 30; todo a base de pundonor (el tipo de pundonor que se lleva entre las piernas). El catalán persevera a base de golpearse una y otra vez contra un muro hasta llegar a echarlo abajo. El problema es que en el global de pintura el Estu es muy superior. Mo Kone sigue creciendo y cumpliendo, en esta ocasión menos que otros días. En cambio, todos tenemos un nombre en la cabeza que estamos echando de menos horrores.

David Doblas está pasando por un bache y eso que en el principio del partido se le veía determinado a firmar un gran partido. Pero me parece (y ésta es una opinión totalmente subjetiva) que tiene tantas ganas de ayudar al equipo y volver a protagonizar actuaciones como las de hace apenas unos meses que cuando se tuercen las cosas -ya sea por las faltas o por otras piedras en el camino- siente ansiedad o se frustra, no se bien como definir su estado de ánimo. Y el caso es que en esta ocasión hizo dos faltas muy rápido y luego no hizo ninguna más, pero su ritmo se cortó y luego le costó volver a cogerlo. Creo que David es una de las piezas más importantes del equipo, una de las principales, una de las llaves maestras al éxito... pero tiene que quitarse un poco de ese peso de su espalda; él nos da muchas cosas y además de los puntos y los rebotes hay asuntos de los que no salen en las estadísticas que perdemos si le tenemos en plenitud y lo mismo hablo de un bloqueo que de una buena defensa o de su influjo positivo sobre sus compañeros. Se le ve dando pasos hacia el lugar que le corresponde pero aún no está ahí y se nota. Cuando nos fallan David y Baron son muchas cosas las que echan de menos.

Y es que los nueve puntos de Jimmy no pueden despistarnos de que volvió a jugar un partido flojo, un partido que acrecienta la sensación de irregularidad que le persigue en los últimos tiempos. El escolta alcanza picos muy altos y, en cambio, últimamente, acusa valles demasiado profundos. A veces extraño que no se busque más descaradamente, sólo lo hacemos en situaciones de apremiante necesidad. Siendo jugadores con virtudes y defectos diferentes, lo comparo mucho con Jaycee Carroll y lo hago en cuanto a ser el To Go Guy, el tipo al que buscar, el océano en el que confluyen todos los ríos del juego (y si no todos, muchos de ellos). Sí entiendo que se están buscando nuevas opciones en busca de la mejora juego colectivo, opciones que están haciendo a Panko mucho más protagonista, pero a veces (y que no se me entienda mal) me gustaría que abusáramos un poco más del talento como francotirador del de Rhode Island. Ocho posesiones en 30 minutos se me antojan pocas para la capacidad de Jimmy. Hagámosle importante, que se sienta determinante, yo me la juego con él con los ojos cerrada. Aunque qué ideal y utópico sería que la mejora de Panko no supusiera un bajón o al menos una irregularidad en Jimmy, pero claro, decirlo es muy fácil y los rivales tontos no son. El reto está ahí porque tampoco es que el ataque fuera un desastre ayer, ni mucho menos, más bien todo lo contrario.

Y hablando del ataque, que esta ocasión fue el punto más brillante y constante del partido, la mejor noticia de todas fue volver a ver al Javi Salgado confiado en sus posibilidades, decarado y desafiante en su juego. Ayer pudo prender la mecha de una recuperación vital para el devenir del equipo.

Qué paradójico encontrar tantas cosas buenas en la actuación del equipo como el ataque colectivo, el trío formado por Miralles-Panko-Salgado, momentos de Lorbek, buenos porcentajes generales (salvo los tiros libres), pocas pérdidas... realmente surge la pregunta retórica de ¿cómo pudimos perder?

Y aunque ese tipo de preguntas no están formuladas para tener respuesta, en este caso, la defensa es la solución que despeja las dudas. Si te meten 88 fuera (bueno, y en casa) difícilmente vas a ganar. Estudiantes iguala la marca de puntos anotados por un rival del Lagun Aro esta temporada, ya los anotó el CAI y perdimos, pero en este caso el equipo de Laso jugó como para algo más que esta sensación de juego esperanzador pero oportunidad perdida; qué pena que por una vez no fuera qué bien hemos jugado y qué victoria tan importante. No falta ese paso y ayer fueron los jugadores los que no lo daron. Pusieron todo lo demás menos la defensa que representa los cimientos que sustentan las casa y que a la hora de la verdad causa que todo se venga abajo como un castillo de naipes.

Días como éste son los que nos matan, los que nos dejan en el limbo. El GBC decidió a principio de temporada apuntar alto, subir unos cuantos pisos respecto al lugar que viene ocupando últimamente, pero el ascensor se ha quedado colgado y la asistencia técnica no va a venir; para que vuelva a funcionar lo van a tener que arreglar ellos mismos y el domingo que viene todos les vamos a ayudar a conseguirlo ante Manresa. Es hora de arreglarlo y que vuelva a subir no vaya a ser que algún día se rompa el cable...

Hemos dejado marchar una oportunidad dorada para sumar fuera de casa. Y lo peor es que tenía todo lo necesario para lograrlo y no fue capaz. Que se den cuenta los jugadores de lo que son capaces y les sirva para salir con todo ante Manresa, tienen baloncesto de sobra para conseguirlo. Pero que lo hagan de una condenada vez y no se queden -y nos dejen- con la miel en los labios.

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domingo, 6 de febrero de 2011

Todo en un día


Como en la canción de Crowded House, Four seasons in one day, en el partido frente al Menorca hemos visto todas las versiones habidas y por haber, todos los estados de ánimo e incluso, todo lo que viene siendo la temporada en un solo día. El partido era de esos en lo que lo único que realmente importaba era ganar, por lo civil o por lo penal. Y sino era lo único, sin duda que era, de largo, lo más importante. Una victoria instrumental. De las que pueden marcar un punto de inflexión. Y no por la manera de jugar, porque cuando te metes en un lío como el de perder siete partidos seguidos, aunque no quieras, te lo empiezas a plantear todo, las convicciones que antes eran sólidas comienzan a ser más volubles y la única medicina para salir de esas arenas movedizas es ganar. Ganar y punto.

Para volver a lucirnos ya habrá tiempo, porque ahora toca volver a construir ese edificio llamado confianza desde los cimientos. Una casa que parecía bien edificada pero que ese 'Katrina' llamado siete derrotas en fila acabó por derrumbar. El domingo al mediodía se colocaron los primeros ladrillos y eso que sufrimos como condenados para sumar un triunfo vital; pero saber sufrir es tan importante -incluso más- que prosperar cuando brilla el sol en el horizonte. Y si alguien ejemplifica el apretar los dientes cuando llegan los nubarrones, ése es Ricardo Uriz. El partido de ayer sirve de metáfora de muchos aspectos generales de este equipo, y a la vez, volvía a subrayar lo mismo que observamos el año pasado en plena mala racha: Que Ricardo se echa el equipo a la espalda y que Miralles se deja la piel (con acierto o sin él) para luchar cada pelota.

Lo de Ricardo es para que te piquen las manos de aplaudirle. Nada más y nada menos que 13 asistencias en un partido como el que vimos marcan la diferencia, entre los cinco que metió y los 31 que propició con sus pases generó casi la mitad de los puntos del Lagun Aro. No hay mucho más que decir, ¿verdad? También es destacable la seriedad de Doblas y Panko, muy visibles al final del partido. Sin embargo, me quiero parar en dos detalles: Primero, en uno de los partidos más desacertados de Jimmy Baron, éste no deja de intentarlo y se convierte en muy útil. Me gustó que Laso quisiera morir con él, apostara hasta el final el día que lo que normalmente hace parecer fácil, al estadounidense lo le acabara de salir. Sobre este tema también tengo que decir que... menudo triple de Lorbek y en qué momento. Vital. Como vital fue la actuación de Niko Tskitishvili. Ya no sólo por el acierto, sino especialmente por la actitud. Cuando no la tenía le cayeron palos por doquier y es justo que en esta ocasión se reconozca su implicación, cortando balones en línea de pase, taponando en la ayuda... ¡que dure!

Pero es evidente que no todo fue bueno ayer. Después de una primera mitad muy convincente, en la que el Donostia Arena 2016 volvió a disfrutar como hacía tiempo que no lograba, llegó un declive aterrador, que nos dejó helados cuando estabamos recobrando las sensaciones. Justo cuando logramos la máxima ventaja, Menorca -un Menorca muy, pero que muy justito- nos remonta con poco más que una zona y lo que en un principio pareció el definitivo canto del cisne pero que acabó convirtiendo en las trompetas y los estandartes del séptimo de caballería. Fue el GBC el que permitió esa reacción. Y creo que tiene que ver con el peso que generaban (¿generaban o generan?) los pesados kilos de una mochila cargada con siete derrotas seguidas. Mientras la diferencia era superior a los diez puntos no había problema, una vez bajó de ahí... fue como dejar que la bola de nieve rodara. Por suerte, se sacó adelante una situación delicada y creo que el equipo debe salir reforzado. Está claro que el Lagun Aro es mucho más equipo que el Menorca, que no debería pasar esas penurias en la segunda mitad ante un equipo ramplón, limitado y cuyo base-referencia juega cojo y ni siquiera puede subir el balón. No obstante, la situación anímica es la que es (o la que era) y no hay nada más difícil de superar que eso.

Por cierto que la afición estuvo de diez. Acudió en un número más que respetable y sujetó al equipo cuando las cosas se torcieron. Un verdadero diez.

Y volviendo a lo deportivo, recuperar, aunque sea durante ciertas fases del partido, la mejor versión defensiva del GBC fue lo que mantuvo al equipo incluso cuando todo parecía torcerse. Se cerró la zona a cal y canto, bajando los porcentajes en tiros de dos del Menorca y dominando el rebote con claridad, dos virtudes que fueron como una manta cuando bajó la temporada del ataque guipuzcoano. Como se puede comprobar en la fotografía que ilustra este artículo, hasta cuatro jugadores del Lagun Aro pisan la zona cuando un rival entra en ella, y no es ninguna anécdota, Laso 'sacrificó' el perímetro para tener el dominio de la zona, una fórmula que a pesar de la desaparición del equipo de la faz del tierra durante el tercer cuarto, demostró ser efectiva. El Menorca firmó altos porcentajes de tres y aun así la manija del partido estaba perteneciendo al GBC. El alpiste estaba más cerca de los tableros y aunque fuera a duras penas, se lo acabó comiendo el equipo entrenado por Pablo Laso.

Y lo que hay que sacar de todo esto no es sólo la luz al final del túnel. Hay un dato puramente estadístico y objetivo que debe servir de refrendo moral para el equipo: Esta victoria significa que en lugar de quedarnos a un partido de los puestos de descenso y sentirnos con el agua al cuello (con el inmenso nerviosismo que ello implica), pasamos a dejar esa oscura frontera a tres partidos más el average, es decir, a cuatro partidos. De ahí la inmensa importancia que tenía este partido. Rompes la mala racha, le das un buen empujón a tu diferencia con los puestos de descenso y ganas dos semanas de tranquilidad para volver a equilibrar todos los aspectos deportivos y extra deportivos que te llevaron olvidarte de ganar... y todo en un día.

No ha sido el partido más bonito del mundo, hemos sufrido lo indecible, pero hemos ganado. Algún día habrá que preguntarse y analizar porqué desde que regresamos a la ACB, en tres años acumulamos 15 derrotas por ninguna victoria en el mes de enero. Pero ahora, aunque sea durante un momento, podemos tomarnos un respiro, recobrar fuerzas y replantearnos qué vamos hacer y qué queremos para lo que resta de temporada.

Ahora que hemos salido del túnel, ¿adónde vamos?

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lunes, 24 de enero de 2011

El histórico histérico


Estamos jodidos. Pero bien jodidos además. Diría que no reconozco a este Lagun Aro GBC, pero tendría que puntualizar porque lo que el domingo me costó identificar fue al equipo que nos convenció con su juego y con su espíritu y ganó los primeros cinco partidos como local, ese equipo del que últimamente sólo nos acordamos cuando viene al Donostia Arena uno de los grandes y el GBC se despoja de toda presión. Lo que sí me resulta muy familiar es la situación que estamos atravesando, el histórico histérico por el que se pasa todos los años. Empieza a ser tradición. Y hay asuntos objetivos por los que preocuparse, como las seis derrotas seguidas y las dos únicas victorias en los últimos once partidos, pasando de un 5-2 al actual 7-11; pero hasta ahora no había sucedido lo que ocurrió ante Fuenlabrada y que es lo que de verdad me inquieta: la desaparición completa y absoluta del juego que había llevado a prosperar a este Lagun Aro. En otros partidos había jugado mal y aun así había competido, había tenido bajones de concentración, pero les había dado la vuelta. Contra el Fuenla el partido del GBC se convirtió durante los cuarenta minutos en un concurso de despropósitos.

Pero hablar de que jugamos mal, de que la defensa no es que fuera mala sino más bien inexistente es comentar algo que todos y cada uno de nosotros ya sabemos. El problema que nos ocupa aquí, el quid de la cuestión, es el porqué. ¿Cuál es la razón que nos lleva a entrar en este estado de desequilibrio mental transitorio? Yo estoy convencido de que en el seno de este club y esta afición llevamos tiempo viviendo una dicotomía enorme en lo que a definición de metas y objetivos se refiere. Y ello, lleva a declaraciones y posturas 'oficiales' u 'oficialistas' que causan; primero, confusión y, segundo, enorme enfado en una afición que siente, en parte, que le toman por tonta y, además, algo así como estafada. Porque no acabamos de identificar el punto justo entre generar ilusión sin desbordar la euforia y, a la vez, ser lo suficientemente prudentes sin perder la ambición. Ojo, que yo creo que en esto tenemos todos nuestra parte de responsabilidad. Pero opino que es un tema lo suficientemente serio y, a la vez, instrumental en el desarrollo de la temporada que merece la pena tratarlo en profundidad.

Me refiero a dicotomía o contradición en lo que está pasando por el hecho de que si el club fija unos objetivos por debajo de la media aritmética de las ambiciones de la afición, suceden explosiones de rabia como la del pasado domingo. Quiero decir, que por mucho que repitas una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez, que el objetivo único e inequívoco de este equipo es la permanencia, la permanencia y nada más que la permanencia y, en cambio, el grueso de tu afición aspira a algo más, cuando aparece el estado de frustración general que acaeció en este último partido, te extrañas y no te lo explicas. Porque no nos engañemos; la pitada y la petición de cabezas rodando no responde sólo a un mal partido, no responde a un día que te ha salido fatal. Y si aspiramos a la permanencia, ¿porqué el inmenso enfado? Si la derrota y la mala racha nos mantienen en el puesto doce, con cierto margen todavía sobre nuestro objetivo oficial... Aquí es cuando llega el truco. No puedes fijar objetivos ni decidir qué está bien o está mal sin tener en absoluto en cuenta las ideas y creencias de tu afición. No lo puede hacer ni el club, ni la prensa, ni nadie, porque el aficionado no es tonto. O lo puedes hacer, intentar orientar su opinión, pero te expones a llevarte sorpresas desagradables como ésta. Tenemos que partir de la base de que aquí el que manda es el público, se juega para ellos, porque sin ellos esto no tiene sentido.

Y no es que esa media aritmética de lo desea el aficionado estándar, el seguidor tipo del GBC sea la obligación de estar en Copa y playoff... Entonces es cuando llega la parte dicotómica que corresponde al público. Personalmente, creo que esa media de las aspiraciones de la afición está más o menos situada en, primero, que el equipo juegue un baloncesto atractivo que les divierta y sirva para ganar partidos y, después, ver al equipo en la zona templada de la tabla, sin pasar apuros y luchando por objetivos más ambiciosos como puede ser la Copa, aunque no se consigan; vamos, que el equipo esté ahí. Habrá quien quiera un poco más, quien se conforme con algo menos, pero creo que estaremos de acuerdo en que por ahí van los tiros. Eso y que el equipo y el club vayan creciendo paso a paso. Entonces yo me pregunto... ¿si el equipo no ha bajado del puesto 12 en todo el año y la calificación de la primera vuelta está entorno al seis sobre diez, porqué ese enfado tan enconado? No fue sólo por el mal juego y si la opinión general es que por no ir a la Copa no hay que hacer una tragedia; sí que ocurre cierta suerte de contradicción.

Al final, todas las parten entran en un estado de histeria llegado este preciso momento de la temporada, que lo peor que tiene es que genera un estado parecido o peor en el equipo. Todo ese nerviosismo se refleja en el equipo. Ante el Fuenlabrada los jugadores del Lagun Aro juegan absolutamente atenazados por la situación. No es falta de ganas, porque pelear, pelean; pero se muestran desde el minuto uno como anestesiados, atontados. Ni defienden, ni aciertan, se les ve hasta lentos. Después, son incapaces de salir de ahí e incluso intentando achicar el agua naufragan aún más. Y lo que es peor, esa psicosis, ese estado de tensión apunta a ir a más. Y la causa es el resultado de todo lo comentado anteriormente. ¿Cómo salimos de ésta? Si el equipo juega mal, el público se enfada y pita, si el público se enfada y pita el equipo juega mal. La bola de nieve crece, crece y baja por la ladera de la tabla hasta que, como la temporada pasada, llega a un punto de no retorno donde todos nos asustamos y decimos, venga, vamos a apoyar al equipo que sino nos vamos a mierda todos juntos.

Lo voy a decir bien claro. El GBC sólo puede salir de esta empujado por la gente. Puede gustar, puede no gustar, pero es la realidad. No voy a decir a nadie lo que tiene que hacer, allá cada cuál. Yo sólo trato de hacer un diagnóstico desde mi punto de vista. Y no hay otra solución. O yo no la veo al menos. ¿Fichar? A Kurz, ¿no? Que está con ganas de irse de Granada. Bueno, sucede que no tenemos un chavo. ¿Buscar la unión y salir de ésta juntos? Sí, me gusta más, la veo más factible y pasa por recuperar el mejor Doblas, el mejor Salgado, el mejor Panko, el mejor Miralles... la mejor versión de conjunto que puede dar este Lagun Aro GBC.

No obstante, no podemos obviar una realidad. En Baloncesto, como en cualquier deporte, el estado mental, anímico, moral es vital. Importante no; lo más importante. Y por mucho que sean profesionales son humanos y más con jugadores que se implican; no nos engañemos, un tipo como David Doblas, que realmente se siente parte de esto, responsable de todo, cuando hay pitos le afecta; lo mismo que cuando hay aplausos se crece. Y como él, el resto. Comprendo que tiene que ser desde ellos la reacción, que en cuanto ofrezcan algo va a volver el apoyo. Ya son años observando el comportamiento de nuestra afición y ésta, no se queja si no le duele, ni baila si no le ponen música. Así que es el momento de que los virtuosos vuelvan a coger el violín. En cuanto suene algo agradable volverán los aplausos.

Sin embargo, esta solución volvería a ser un parche hasta que se afronten los problemas de fondo. Los que causan que otro año más pase lo mismo. Porque los jugadores son parte del problema y parte de la solución de lo que nos acucia, el volver a ganar; pero no pasa tanto por ellos que no vuelva a suceder esta situación de histeria colectiva que nos perjudica seriamente a todos. O lo solucionamos o todo seguirá siendo igual, seguiremos viendo la misma película. De la otra manera, encontrando un equilibrio con ese dónde tiene que estar el equipo y con el camino para lograrlo, quizá encontremos la forma de progresar en todos los sentidos.

Si superamos este estado mental general que afecta por igual a equipo y entorno, todo volverá a su cauce y aún podremos disfrutar mucho. Por eso es tan importante. Como me dijo alguien que sabe mucho de esto, no se trata de buscar culpables sino soluciones, remedios. Y lo más positivo que saco es que todos somos parte del remedio, lo que lo hace un poco más fácil de solucionar. Eso sí, lo más importante ahora mismo, lo único que nos debe preocupar es encontrar la manera de volver a ganar. Por encima de todo. Ganar. Vamos a hacerlo entre todos.



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lunes, 17 de enero de 2011

Primera Vuelta: Balance


Sinceramente, la primera vuelta del Lagun Aro GBC me ha provocado muchas más conclusiones positivas que negativas. Cierto que ha habido un instante en el que estuvo en disposición de firmar una primera mitad de temporada excelente y que las últimas cinco derrotas consecutivas lo han dejado simplemente en bueno, decente; sin embargo, en lo que a juego, a Baloncesto se refiere, el conjunto que entrena Pablo Laso ha firmado una vuelta destacada. La pasada temporada, después de un comienzo prometedor el GBC cayó un bache que condicionó por completo su temporada, fueron alrededor de dos meses donde encontramos un equipo irreconocible, un juego unidimensional y la confianza y unidad del equipo se vieron sensiblemente afectadas. Esta temporada son siete también las victorias con las que se alcanza el ecuador de la liga regular, sin embargo, todo lo que rodea ese resultado me resulta muy diferente. En primer lugar, el juego del equipo sólo ha bajado su buen nivel en dos ocasiones, el partido frente a Alicante y la visita a Zaragoza. Fueron síntomas diferentes para un mismo resultado pero me parece que dos tropiezos en una vuelta los puede tener cualquiera; su denominador común una primera mitad desastrosa pero frente al Meridiano en ataque y ante el CAI en defensa. Incluso en esos dos partidos el equipo es capaz de llegar con opciones de victoria al final. Y ahí reside otra de las virtudes de este Lagun Aro por ahora: salvo frente al Real Madrid, ha competido hasta el final en todos y cada uno de sus compromisos. Aseverar eso no es poco.

El estandarte del GBC ha sido la fortaleza en casa, una virtud que se extiende desde el final de la pasada campaña y que para nuestro equipo es sinónimo de tranquilidad y autoconfianza. Cuando el equipo rinde en casa se siente bien. Su ritmo de victorias, su marcha en estos 17 partidos se ha visto frenada cuando se ha dejado de ganar en casa, tres son las derrotas seguidas en el Donostia Arena, la de Alicante la que golpeó en la zona de flotación del equipo y del entorno, pero las cosechadas ante Baskonia y Barça no hacen sino reafirmar las cualidades y las posibilidades de este GBC. Estamos ante un equipo equilibrado entre perímetro y juego interior, solidario en defensa (poco tiene que ver con la de la temporada pasada ya desde su concepción) y poderoso en el rebote.

Ahora bien, llega un momento importante de la temporada, una oportunidad de demostrar que estas cinco derrotas pueden quedar en anécdota. Veo dos claves, ya no para recuperar el tono de la primera parte de la temporada sino incluso para superarla. La primera que la progresión en el juego del equipo sea efectiva desde este preciso instante y, en segundo lugar, que se recupere de una manera regular el tono defensivo de esfuerzo colectivo que le permite al GBC, junto al dominio del rebote defensivo, hacerse dueño de los partidos y llevarlos por donde más le interesa. Con esa fórmula, los de Laso han sido capaces de ganar en casa y dejar en menos de 70 puntos a Cajasol, Estudiantes, Valladolid y Gran Canaria, además de a Bilbao que se quedó en 70 justos. Son rivales de entidad y ahora que les toca pasar por el DA2016 a Fuenlabrada, Menorca o Manresa entre otros, recuperar esa virtud subiría las posibilidades de victoria y más teniendo en cuenta de lo que es capaz en ataque el GBC. Llevando los partidos a menos posesiones los guipuzcoanos son capaces de anotar con solvencia así que frenando e incomodando a su rival la ecuación funciona del todo.

No albergo dudas de que el Lagun Aro, lejos de lo que le pasó el año pasado, va a responder en este inicio de segunda vuelta y lo va a hacer desde la fortaleza como local.

Pero eso será desde el domingo próximo, ahora estamos echando la vista atrás y lo vamos a hacer también de manera individualizada con los jugadores:

Jimmy Baron jr. Referencia. 8,5:

El escolta estadounidense se ha convertido en la referencia exterior para la anotación que el Lagun Aro necesita. Es uno de los mejores anotadores de la ACB, el mejor triplista y siendo de lejos el que más lanza de toda la competición firma un porcentaje de 44%. Además, es trabajador, implicado, humilde... vamos, un descubrimiento. Su flamante renovación oficial es merecida y está más que justificada. Ahora bien, debe seguir progresando en otros aspectos del juego y no fallar en defensa. Lo mejor de este jugador es que tiene muy pocos partidos malos y cuando los ha tenido, su respuesta en la siguiente jornada ha sido siempre poderosa. Sólo ha bajado de diez puntos en tres ocasiones: ante el Joventut se quedó en 9, respondió con 26 y 7/11 triples en la siguiente cita; frente a Baskonia se quedó en 3, contestó con 20 puntos en sólo 8 posesiones tres días después. Ante el Barça fueron 8 puntos... que se preparé Fuenlabrada.

David Doblas. Líder. 8,5:

Estamos ante la mejor temporada de la carrera de David Doblas en la Liga ACB. Centrado, responsabilizado e implicado al 100%. El paso adelante en cuanto a madurez ha sido impresionante, con lo que su juego y el del equipo se ven claramente beneficiados. Cuando las defensas se marchan lejos para perseguir los tiros, David está siendo imparable en el 1x1. Con Felipe Reyes y Trías, están en la élite de pivots nacionales de la competición. Es cierto que ha tenido un par de malos partidos, pero vamos, que hasta Batista los tiene... como para echarlos en cara. Su aportación es fundamental para el equipo, Doblas lo sabe y no ceja en su empeño en convertirse en un hombre decisivo en el éxito de este equipo. Decisivo.

Andy Panko. Responsable. 7:

Para el que tenga dudas, Panko es el jugador más valorado del Lagun Aro y eso que apenas está haciendo ruido. Es cierto que ha pecado de cierta intermitencia pero le valoro muy alto por la simple razón de que ha sabido plegarse a las necesidades del equipo y a huido de cualquier tipo de egoísmo, eso en el ambiente de grupo se nota, porque ¿cuántos americanos-estrella no alzarían la voz el día que sólo disponen de cuatro posesiones? Sin duda es un jugador que va a más y cada día es más importante en el juego. Está ganando protagonismo. Pero es tan importante para este equipo que buena parte del éxito de la segunda vuelta pasa por el hecho de que sus excelentes actuaciones ante Penya, Baskonia o Barça no se queden en anécdota y se conviertan en la norma. El GBC no puede permitirse malos partidos del Andy y no hablo de puntos o rebotes, es su influjo sobre el juego lo que hace falta. Sin duda puede dar más.

Albert Miralles. Trabajador. 7:

Esta temporada le está tocando cargar con todo el trabajo sucio bajo los aros. Y no sólo ha aceptado ese papel sino que lo cumple regularmente a la perfección. Después de un arranque de liga irregular, Albert se ha asentado en un tono alto. Su aporte numérico, salvo en los rebotes es irregular, pero le da mucho a este equipo en las cosas que no se ven. No es casualidad que suela destacar los días que las cosas se ponen duras y hay que tener en cuenta que del quinteto inicial (que en este equipo soporta un porcentaje enorme del peso específico del equipo) él es la última opción de cara al aro. Y aun así, tiene un papel más que necesario en para que funcione la maquinaria. Trabajo sordo el suyo, pero importante.

Ricardo Uriz. Asentado. 7:

Siempre sucede igual. Cuando Ricardo tiene oportunidades, las aprovecha. Siempre. Por primera vez en ACB, Uriz ha adquirido un papel relevante desde el principio de la temporada, el reparto de minutos de los bases es casi equitativo por lo que se puede decir que núcleo duro en cuanto a presencia en pista la asumen seis jugadores. Pues bien, Ricardo es el que pone la pauta, el catalizador de lo que sucede en ataque y defensa sin ser protagonista directo de la finalización de ello salvo en contadas ocasiones. Es el metrónomo del equipo. Dirige, presiona a los bases en defensa, interpreta con pericia quién es mejor destinatario para el balón... me está gustando mucho Ricardo. Su labor no se refleja en números, pero el equipo agradece su aporte de una manera muy evidente. Está ahí cuando tiene que estar. Sin fuegos artificiales ni actuaciones memorables, pero ejerce su papel de ese líder que antepone los intereses del equipo a los personales. Es sin duda la seña de identidad de este club.

Javi Salgado. Desubicado. 6,5:

Poner un adjetivo favorable o más parecido al elegido -como desenfocado o desactivado- sería injusto de cualquier manera porque hay que diferenciar entre el comienzo de temporada y el punto en el que nos encontramos. Sin duda Javi es una de las claves de todo lo bueno que ha pasado en la primera vuelta y me congratula sentir que después de muchas intentonas llega de fuera un base de verdad. Su manera de condicionar el juego es tan importante que cuando el equipo está jugando bien su merito es tan grande como grande es el agujero cuando se le echa en falta. Me parece que junto a Doblas y Panko ejercen un influjo tan grande en el juego que la visión general de lo que pasa en el equipo está condicionada en un porcentaje muy alto por sus actuaciones. Por eso se hace más palpable cuando se le echa en falta a Javi. Es más lo bueno que lo malo que ha dado y aun y con eso, las menos veces que ha fallado ha sido muy llamativas. Necesitamos que recupere su equilibrio, que a la postre es el del equipo y que siga trabajando en defensa. Pero pasadas 17 jornadas, me reafirmo, es una bendición tenerle con nosotros, una verdadera suerte.

Alfonso Sánchez. Inasequible al desaliento. 7.

Evidentemente, la nota va en consonancia con su papel en el equipo. Que un jugador lo dé absolutamente todo juegue 20 minutos o juegue 50 segundos es prácticamente lo mejor que se puede decir de él. Su despliegue defensivo es más que convincente y su constante trabajo y esfuerzo ha dado como recompensa un salto cualitativo que le ha llevado des el último puesto de la rotación de este equipo hasta ser el primer recambio de perímetro. Está ofreciendo cosas diferentes al equipo y sus dos últimos partidos son para quitarse el sombrero, por no hablar de defensas como la de Jaycee Carroll. No se ha rendido nunca y su importancia crece. Bien por Alfonso.

Mohamed Kone. Astronauta. 4:

La palabra elegida para calificar a Mo se puede referir a sus muelles, sí. Pero en este caso hace honor a la cantidad de veces que a estado en luna durante los partidos. Se despista en defensa y rebote, sale al campo y comete dos faltas en un minuto... ese tipo de cosas son las que de momento le han privado de hacerse acreedor de más minutos en cancha y favorecer la rotación de este equipo. Y eso que últimamente va a más y ha firmado medio puñado de buenos partidos, pero tiene que confirmar ese tono para ayudar del todo. A pesar de sus nulas capacidades de fabricarse canastas por sí mismo, su capacidad de intimidación, rebote, poderío físico y aéreo le pueden convertir en una pieza más importante que hasta ahora, porque salvo lo visto últimamente, su primera vuelta ha resultado floja. Tiene que despistarse menos, salir más concentrado al campo.

Domen Lorbek. Falto de confianza. 3:

Parece otro jugador totalmente distinto el que vimos la temporada pasada y el que está jugando este año en el Lagun Aro. Su confianza está por los suelos lo que le impide dar esa anotación que resulta necesaria cuando sustituye a los primeros espadas. Y es un pena porque basket tiene dentro, su toma de decisiones, cómo es capaz de leer el juego es muy destacada pero no la culmina por una evidente falta de confianza. Si es capaz de volver a ser el jugador que fue mismamente el año pasado será útil, bien es cierto que entonces aportaba cosas que aquel equipo no tenía y eso le está resultado más difícil este año; pero necesitamos una versión mejor de Domen en la segunda vuelta.

Niko Tskitishvili. Borrado. 1:

Sin entrar en valoraciones subjetivas como con el resto: En las primeras 11 jornadas, acumuló 63 de valoración y 86 puntos anotados. En los últimos seis partidos, -7 de valoración y 5 puntos anotados. La versión inicial nos vale, es un primer recambio exterior aceptable; lo que hemos visto en las últimas jornadas nos sobra. No nos sirve. Que él decida.

Lander Lasa. Testimonial. SC.

Como no podemos ver los entrenamientos y su presencia en pista ha sido anecdótica, no se le puede juzgar. Estoy completamente seguro que su actitud es la mejor. La única reflexión que me surge es que sería lo mejor para el jugador, un año perdido en cuanto a competición y juego a cambio de una experiencia preciosa en un equipo de ACB y entrenamientos de calidad o seguir creciendo en el Lan Mobel Iraurgi jugando muchos minutos, siendo una pieza clave y dando otro paso en su crecimiento como jugador tras el fantástico año pasado. No me veo capacitado para juzgar eso y tampoco soy quién.




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domingo, 16 de enero de 2011

Con ocho basta


Estoy harto, hartísimo de tener que hablar de los árbitros. Me aburre, me desespera, me enerva y me da rabia porque a mí lo que me gusta es hablar de Baloncesto. Pero ante lo que sucedió el sábado en el Donostia Arena 2016, ¿cómo no voy hacerlo? Si condicionaron por completo el partido, lo marcaron de manera más negativa, desde una actitud vil, ruin y despreciable. Y lo peor es que no es casualidad. Este año los tres arbitrajes más escandalosos que hemos sufrido han sido ante Real Madrid, Baskonia y Barça... y si te meten una paliza como sucedió en Madrid, pues casi parece que no tienes derecho al pataleo, pero en las dos últimas citas en casa los atracos han sido de lo más llamativo. Frente a Baskonia fue más sibilino pero es que ante el Barça todos y cada uno de los aficionados del Lagun Aro fueron testigos de primera mano de un partido que cambia por completo por obra y gracia de los que iban vestidos de naranja y protestaron a coro lo sucedido. Y es triste, porque los protagonistas son los otros diez que están sobre el parqué. Si no nos van a dejar ganar contra estos equipos, si no interesa que pierdan por motivos de política deportiva o comerciales o los que fuere, que nos lo digan de antemano y así no vamos. Porque la afrenta al Lagun Aro GBC y a su afición de lo evidente, vergonzosa hasta el rubor. Creo que estos robos frente a los grandes resultan más patentes para nosotros porque se da la circunstancia de que nuestro equipo se desinhibe de toda presión ante estos equipos por el 'nada que perder' y saca lo mejor de sí mismo. Así, es capaz de plantarles cara y cuando nos atracan a silbato armado se nos queda, si cabe, más cara de tontos.

No quise escribir nada más acabar el partido por dos razones: para calmarme de la profunda indignación y para ver de nuevo el partido por televisión, rebobinar y observar con atención las jugadas polémicas. Bueno, una vez revisado, me reafirmo: atraco. Y uno de los que me transportan 15 o 20 años atrás, años del Baloncesto europeo en los que había canchas en las que no podías ganar. Por lo visto ahora en la ACB hay equipos a los que no te dejan ganar. Me desencanta que sucedan estas cosas porque es muy injusto. Pero ha pasado toda la vida.

Las diferencias de criterio fueron abismales y tan obvias que las vería hasta Ray Charles. El partido se resume en 30 minutos que el Lagun Aro tiene el control sobre lo que está sucediendo, siendo dueño del ritmo, incomodando al Barça y resistiendo sus embates cuando en apenas minuto y medio un parcial desolador favorable al Barça, auspiciado completamente por el trío arbitral, da un vuelco al statu quo. El catalizador de todo esto parte de dos acciones: el conato de tángana que organiza y provoca Anderson -que por cierto, es merecedor de técnica o falta antideportiva pues golpea a Panko con el partido ya parado- y el golpe involuntario de Doblas a Ndong al chequear el rebote. Ndong baja la cabeza y se topa con el codo de David y éste, al ver que su rival se duele para el partido... Desde ahí Xavi Pascual no deja de protestar y los árbitros entran al trapo con iniquidad.

Seguidamente llega el minuto y medio de la vergüenza. A 1:33 para el final del tercer cuarto, Juan Carlos Navarro simula que Alfonso Sánchez le empuja cuando el escolta del GBC está clavado en su cilindro. Igual no es Alfonso sino un francotirador en la grada el que le tira porque Navarro se va al suelo como si le hubieran matado. ¿Simular es técnica, no? A 1:27 Alan Anderson logra un 2+1 con falta para Lorbek que solamente toca el balón, el error lo aderezan con una técnica para un Lorbek incrédulo ante una falta que no existió. Y después, a unos segundos del final, Alfonso Sánchez se va al suelo siendo objeto de un bloqueo en movimiento de Perovic y es castigado con técnica por simular. Qué cosas... Y con 0,5 para terminar ese tercer cuarto Navarro vuelve a hacer honor a sus dotes como actor y simula otra falta en un triple cuando su defensor tiene el brazo arriba y desvía el balón. ¿Simular era técnica, no? Porque a Alfonso se la pitan... Qué diferencia.

Y por arte de birlibirloque, un partido que el Lagun Aro había tenido la virtud de controlar, se le escurre entre las manos sin tener él culpa ninguna. Cierto que por la frustración el equipo se queda unos minutos grogui y el Barça se va por más de diez puntos, y aun así, los de Laso son capaces de sobreponerse y disponer de un último triple que mandaba el partido a la prórroga y que de manera dramática se le sale literalmente de dentro a Baron.

No le podemos pedir más a nuestro equipo, si acaso, que sea capaz de mostrar este orgullo, esta presdisposición y actitud en todos los partidos. No digo ganas, porque en desastres como los de Alicante y Zaragoza no creo que al equipo le faltaran ganas, ni mucho menos, pienso más bien que fue una cuestión de ansiedad. Lo interesante sería saber el porqué de esa ansiedad, que me resulta totalmente inexplicable.

En cambio, el sábado ante el Barça el equipo se libra de cualquier atadura mental al sentir que no tiene nada que perder y saca lo mejor de sí mismo. Por encima de las evidentes buenas actuaciones de Panko, Doblas (especialmente en la segunda parte) y Kone; me quedo con la valentía de un Alfonso Sánchez que va a más y que su confianza crece (propiciada por la de Laso en él y también por su trabajo) y Miralles, que disponiendo sólo de tres posesiones y anotando otros tantos puntos es capaz de aportar en todas y cada una de las facetas del juego. En cuanto a que Skita no jugara, lo único que tengo que decir es que si se aburre en el banquillo se corte un poco en el brazo y con lo que salga a borbotones disfrute de un rica horchata... y fresquita.

Me encantó la imagen del Lagun Aro GBC. Y su actuación, su juego, su confianza, me demuestran que lejos de lo que pasó la temporada pasada a estas alturas, el grupo está preparado en todos los sentidos para salir de esta mala racha, porque ésta se refiere a los resultados mucho más que al juego y si es capaz de volver a mostrarnos la semana próxima algo parecido a la de ésta, la próxima victoria no se va a escapar.

Es una lástima que no se rompiera el sábado, porque sin duda lo mereció. Entre la deplorable suciedad en el juego de Navarro, cuya actuación fue premiada por el público guipuzcoano con una ensordecedora pitada cuando era entrevistado por televisión (hay una línea entre jugar listo y sucio y él la ha sobrepasado, eso no es deporte es interpretación así que lo mejor es que se vaya al teatro, ahí le aplaudirán) y la desesperante parcialidad de los árbitros, expoliaron una victoria de la que fuimos sin duda acreedores y nos amargaron una tarde que pudo ser gloriosa. Es una pena, porque si cinco contra cinco no es suficiente, con ocho basta para que el Barça nos gane. Habrá que seguir peleando, porque desde luego que no tenemos intención de rendirnos.

Llegamos al final de la primera vuelta y lo hacemos con una mezcla de indignación por el último partido y rabia por el bache en recta final que nos ha sacado de un buen tono general. Después de analizar la actualidad referida a este último partido ante el Barça, esta semana analizaremos la primera vuelta de manera general y también pormenorizada en todos los protagonistas. El balance es idéntico al del año pasado, pero se me antoja muy distinto en la forma.

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jueves, 13 de enero de 2011

¿Es ésta una peli que ya hemos visto?


Antes de comenzar, antes de darle un merecido palo al equipo por el partido del miércoles en Zaragoza, quisiera hacer una pequeña reflexión o diferenciación de conceptos, de ideas. Porque se me antoja relevante y fundamental que en este momento específico de la temporada entendamos qué debemos lamentar y que no nos debe frustrar. Es cierto que estamos atravesando un bache, que acumulamos cuatro derrotas seguidas y, especialmente, el día de Alicante nos ha hecho mucho daño. Pero me gustaría separar la preocupación por que el Lagun Aro se capaz de volver a prosperar de la frustración por no entrar en la Copa del Rey. No debería frustarnos. No debería ser una causa de enfado ni desesperación. Queremos que el equipo crezca, que progrese y el hecho de luchar por la Copa es un paso al frente, lo llevamos haciendo dos años seguidos y eso que éste ha sido uno de los más caros -si no el que más en la última década- y el equipo ha estado ahí hasta la penúltima jornada y eso que ha jugado más partidos fuera que en casa. ¿Nos tiene que amargar no haberlo conseguido? Ni mucho menos, cuando no era una exigencia.

Y entonces es cuando me surge la pregunta, ¿es ésta una peli que ya hemos visto, la misma que la temporada pasada? Tal y como yo lo veo, no. Y depende de todos que no acabe convirtiéndose en ella. El guión que conocemos es el siguiente: comienzo ilusionante, bajón terrible acompañado de decepción en el entorno del ecuador de la Liga y tardía reacción que salva los muebles pero deja un regusto agridulce. Ahora, llega un momento clave para que entre todos, no permitamos que se repita el cuento; porque si el equipo es capaz de reaccionar y en el próximo mes o mes y medio es capaz de darle la vuelta a la situación y ganar dos o tres partidos, la salvación estará al alcance de la mano y podremos disfrutar de la recta final de temporada. Para eso, para poder lograrlo, nos tenemos que implicar todos.

Porque si en este preciso momento cargamos contra el equipo, nos podemos estupendos y convertimos el Donostia Arena en un infierno para nuestro equipo en lugar de para el rival, flaco favor nos estaremos haciendo a nosotros mismos y al conjunto que queremos ver triunfar. Por eso, yo tengo la opinión de que ahora más que nunca, ahora que no resulta tan sencillo porque han aparecido las primeras dudas; mostremos un apoyo rotundo por el Lagun Aro GBC. ¿O acaso pensábamos que no iba a haber dificultades? Un equipo medio de la Liga va a pasar malos momentos, al que no le guste mejor que se haga del Barça o Real Madrid, ya verá qué bien; pero soy soy del Lagun Aro, a los duras y a las maduras. Eso no quiere decir que cuando haya que ser critico no se sea, no, no es eso. Pero creo que resulta fundamental justo en este instante cerrar filas y ayudarles ahora que lo necesitan; demostrarles que tienen mucha gente detrás.

Al fin y al cabo, con los pies en el suelo, ¿tan dramática es la situación? En absoluto. Hemos pasamos un mal momento y hemos bajado al 12º puesto. Tampoco hay que tirarse de los pelos por ello. Del juego desplegado últimamente creo que hay tela que cortar, porque desgraciadamente para nuestros intereses, el oxímoron mental en el vive este equipo le hace sacar lo mejor ante rivales complicados y dejárselo olvidado en cuando se le coloca la etiqueta de favorito. Si superamos cuanto antes la ofuscación generada por las últimas derrotas (sinceramente, la decepcionante actuación frente a Alicante ha hecho mucho daño) y volvemos a la ilusión de seguir creciendo partido a partido, todavía estamos en disposición de firmar una buena temporada.

La semana que viene llegará el momento de hacer balance de la primera vuelta, pero a pesar de que vayamos a cerrar la primera vuelta con las mismas victorias que la pasada campaña, el juego que despliega el equipo esta temporada marca la diferencia para bien.

Ahora bien, volviendo a la pura y dura actualidad de la competición y pensando en el partido que nos ocupa en este artículo, el de Zaragoza, resulta complicado encontrar razones para explicar la desoladora actitud defensiva que mostró el equipo, en el especial durante la primera mitad del partido. Exactamente igual que resulta difícil explicarse lo que pasó ante Alicante. La diferencia está en que en el partido frente a los de Vidorreta el equipo fue poco reconocible en ataque, mientras que en Zaragoza desapareció de la faz de tierra en el sentido defensivo.

Laso realizó un diagnóstico acertado de lo que sucedió, el CAI se hizo dueño del ritmo del partido desde el primer segundo y el Lagun Aro, que tiene recursos pingües y variados en ataque, cuando puede sacarlos, casi remonta el partido. Si no se juega esa insulsa y apagada primera mitad y se llega al descanso metidos en el partido, tal y como se jugó la segunda parte, se gana. Hasta dos veces se coloca a tres puntos el GBC. Pero ya era tarde para reaccionar.

Personalmente opino que el trabajo más urgente y apremiente para Pablo Laso y su cuerpo técnico no es sólo recuperar a los jugadores en el factor anímico, sino encontrar la manera no de volver a jugar como en los mejores momentos de primera vuelta, sino de progresar dentro de una idea de juego acertada. Por ejemplo, el miércoles en Zaragoza Jimmy Baron firma 20 puntos con buenos porcentajes y sólo dispone de 8 posesiones, cuando ha habido partido en los que ha gozado de entre doce y quince posesiones para él. Los rivales le van cono

Eso, y volver a defender con el hambre que mostraba el equipo a principio de temporada. Porque la desplegada ayer en el Príncipe Felipe fue floja y blandita. Es realmente complicado prosperar defendiendo así. Y no vale con ponerse después, hay que hacerlo desde el segundo uno.

También, para volver a la senda de la victoria tenemos que recuperar de manera constante la aportación de Salgado, Panko y Doblas. Los tres son vitales para nosotros, Andy y David son los cimientos de este equipo, comprendo que pueden tener un bajón, hasta el Bastita de Fuenlabrada tuvo tres partidos seguidos malos, pero les necesitamos y les necesitamos ya. Si Panko es capaz de dar un paso al frente esa progresión del equipo puede ser efectiva porque dentro de todo lo que nos da y que es un lujo tenerle, sabemos que es capaz de mucho más. En el caso de Doblas, ésta es sin duda su mejor temporada en ACB, hemos acusado un par de malos partidos que como cualquiera puede tener. Estoy seguro de que está centrado en acabar con esa situación cuanto antes y volver a marcar las diferencias como lleva haciendo todo el año.

El bajón de Salgado se nota menos, pero se nota. Y se nota menos por el hecho de que Ricardo Uriz está de lo más sólido y regular. Es matemático: siempre que se le ha dado confianza ha respondido y su trayectoria, sin alardes, es un gran activo para este equipo. Lo mismo pasa con Barón, no tuvo su día frente a Baskonia pero no creo que exista discusión en cuanto a que es un anotador fiable para este equipo. Hay que volver a encontrarle con más regularidad. El último de los seis jugadores que forman el núcleo duro de este GBC, Albert Miralles, quizá no esté siendo regular en los números pero sí en el esfuerzo y al fin y al cabo, siendo la última de las opciones para buscar el aro dentro del planteamiento de juego del equipo, su aportación es positiva para el equipo.

Pero, en resumen, si de los seis jugadores que sorportan el peso específico de este equipo, tres no están a un nivel inferior del que necesitamos, el grupo lo acusa.

En lo que a los jugadores de rotación se refiere, me quito el sombrero con Alfonso Sánchez. Su progresión es clara, hace ver sus ganas juegue un minuto o veinte y en Zaragoza casi lidera la remontada del equipo a base de echarle... pundonor. Si sigue así puede convertirse en un arma importante desde el banquillo, su labor es encomiable y aunque no le vamos a pedir 17 puntos todos los días, su paso adelante en ataque es necesario (en defensa siempre cumple). Que siga así.

Y por segunda semana consecutiva, no me lo puedo guardar. Nikoloz Tskitishvili se ha borrado completamente. Es un sombra, un alma en pena por el campo. Su defensa en Zaragoza fue una broma, de traca (bueno, si eso se puede llamar defender) y en los minutos que está sobre Pablo Aguilar, el granadino se convierte en una especie de Kevin Garnett cuando era más joven, anotando de fuera, penetrando, capturando rebotes de ataque... si a Scariolo le ponen ese tramo del partido le lleva a la selección fijo. No sé dónde se ha dejado la motivación este jugador pero ahora mismo no suma nada al equipo. Este Tskitishvili o Ignerski versión 2.0 no nos sirve de nada, el de hace un tiempo, que además de buscar sus tiros peleaba el rebote, le ponía ganas... sí que puede aportar. Pero así, el que tiene que ser uno de los primeros recambios y asumir parte del peso anotador cuando los titulares están en el banco, ha desaparecido y es una de las razones del bajón del equipo. Ya le vale.

Ahora bien, me preocupa más recuperar la mejor cara de David, Andy y Javi.

Y llega el último partido de la primera vuelta y es el Barça el que visita el DA2016. Aunque resulte extraño e incluso irónico, es de esos partidos en los que el Lagun Aro puede dar la campanada. No sólo pensando en lo sucedido la temporada pasada, sólo hay que mirar al último domingo donde se jugó de tú a tú frente a Baskonia. Se gane o se pierda, lo más importante es que este partido sirve de rampa de despegue para recuperar las buenas sensaciones, que sea desde ya cuando el Gipuzkoa Basket comience a demostrar que nuevamente va a ser un equipo duro de pelar y que en la segunda vuelta el Donostia Arena se va a convertir en un feudo infraqueable.

Yo no he perdido en absoluto la fe en este equipo. Y eso que en Zaragoza lo pasé muy mal viendo la imagen que ofreció. Sigo confiando y encuentro argumentos para hacerlo. La oportunidad de darle la vuelta a esta mala racha de resultados, de no vivir la misma película de la temporada pasada comienza ya; el que estará en frente es el campeón de Europa pero si algo define al GBC es que lo mismo que puede perder con cualquiera, puede ganar a cualquiera. Sólo necesita recuperar la confianza. Y con nuestro apoyo será más sencillo. Así que ahora más que nunca, ¡aupa GBC!

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domingo, 9 de enero de 2011

Todo lo que nunca fue


Son un cúmulo de cosas las que provocan la sensación desagradable con la que los aficionados del Lagun Aro GBC nos hemos marchado a casa el mediodía del domingo. Se junta el hecho de que volviendo a reconocer a nuestro equipo después del borrón de la pasada semana, en esta ocasión no ha terminado de rematar la jugada. Incluso diría que no le han dejado. Y con todo ello se mezcla la aceptación por nuestra parte que va a hacer falta algo más que un milagro para que nuestros sueños coperos se hagan realidad. A pesar de todo, no son todo malas noticias. A mí, personalmente, el juego del Lagun Aro me gusta, me convence, me ilusiona. Más allá del vértigo que sintió la pasada semana, su planteamiento durante toda la primera vuelta me resulta atractivo y eficaz. En un partido donde era muy sencillo caer en el ritmo alto de Baskonia, a duras penas los de Laso mantienen el número de posesiones de ambos equipos en 70, lo que coincide con su media. Jugó de tú a tú frente al campeón y en una estadística que acaba con una valoración idéntica, de 87, es el número de rebotes en el aro local lo que decanta el partido del lado vitoriano. Bueno, los rebotes y el a mi modo de ver parcial y tendencioso arbitraje perpetrado por los de naranja. Con todo, y echando de menos una barbaridad a un Jimmy Baron al que no le salió nada, a diferencia de la anterior jornada, podemos estar orgullosos de nuestro equipo.

No quiero perder la perspectiva por culpa de todo lo que rodea a la pelea por la Copa, porque si el GBC es capaz de ganar un partido más, habrá firmado la mejor primera vuelta de su historia en la ACB. Opino que el partido frente a Alicante es el único en el que los guipuzcoanos no han estado a la altura, recordó muchísimo al mal de vértigo que sufrió la pasada temporada y tristemente cercenó la mayoría de las opciones coperas, pero a diferencia del pasado año, en este caso es la excepción que confirma la norma de una marcha solvente. Lo llevo diciendo desde hace mucho tiempo, yo no fijo la Copa como una obligación pero sí quiero que mi equipo esté en la pelea. Y lo ha estado, incluso aún lo está (aunque sea casi una quimera). No le pido asentarse en puesto de playoff sino entre el 9 y el 12 y no hemos bajado de ahí en toda la temporada. No quiero que los árboles me impidan ver el bosque y a falta de dos partidos, el Lagun Aro está en disposición de firmar una primera vuelta destacada.

Hablando de vértigo, no limitaría ese mal a la globalidad del partido de Alicante; frente a Baskonia me parecío percibir otro tipo de vértigo en el equipo. Y es que la diferencia entre las posesiones del GBC cuando la diferencia rondaba los 3 ó 4 puntos y cuando ésta era superior fue evidente y abismal. Cuando los guipuzcoanos se veían seis o más puntos abajo en el marcador tomaron mejores decisiones, encontraron el aro con mayor facilidad y fueron mucho más efectivos. En cambio, cuando se encontraban en disposición de colocarse a dos puntos o uno o íncluso empatar el partido nunca fuimos capaces de encontrar el aro con acierto. Quizá sufrió cierto miedo a ganar...


En ése sentido, no se puede obviar que hubo otro factor condicionante para el GBC en ambos lados del campo y puede que sea el momento de solicitar al concejal de Seguridad del Ayuntamiento de SS Enrique Ramos que destine Guardia Municipal no sólo fuera del pabellón, sino también dentro porque comienza a ser recurrente que unos tipos de naranja roben sobre el parqué. No vamos a engañarnos, todos sabíamos que los árbitros iban a permitir a Baskonia disfrutar de lujos defensivos en modo de uso de manos, cargas y demás despliegue físico sin señalar faltas -cuando en el otro lado de la pista se pitan ciertas cosas que casi provocan la risa floja-; pero no por saberlo se nos queda menos cara de tontos. En esta Liga las diferencias en cuanto a respeto y el cristal con el miran ciertas acciones realmente me desespera en ocasiones. Lo que sí he aceptado hace tiempo es que al Lagun Aro GBC en ese sentido le tienen el mismo respeto que a rookie defendiendo a Michael Jordan. Y lo peor es que ante Baskonia, salvo un rato que fue de escándalo, la actuación fue mucho más sibilina. Esto no es como si te pitan un penalti en fútbol, que es una jugada puntual que se ve en un momento, es una cuestión de que a unos les dejan hacer unas cosas y a los en cambio les penalizan por ello. Me pregunto cuánto duraría en el campo David Doblas si se hubiera permitido los lujos que se permitió Sow... En general daba la sensación de que Baskonia seguía la máxima de haz 40 faltas que te pitarán 20 y la decisión fue acertada con la connivencia arbitral. Y lo peor es que con este párrafo he perdido el tiempo porque ya podemos quejarnos y patalear, que todo va a seguir exactamente igual.

También resulta irónico que en una semana en la que se nos ha llenado la boca hablando de Bastita, de Barac, de San M, el que más daño nos haya hecho sea Pape Sow. El africano ha sido protagonista por su brega al rebote y el dato más destacado y decisivo del partido es el resultante de los rebotes en el aro que defendía el GBC, con 17 rechaces para los nuestros y 16 para el rival... Con Baskonia en frente es un dato que te condena.

Llegando al análisis individual de los jugadores del GBC, desgraciadamente ha gente que sólo valora la bendición de tener a Andy Panko en días como éste. Panko tiene la virtud de estar dando al equipo lo que le hace falta en cada momento. Hay circunstancias en las que le toca soportar el peso ofensivo -que suele ser cuando las cosas se ponen difíciles, como en esta ocasión o en Badalona cuando la Penya estaba remomentando- y otros días en los que apenas dispone de cuatro posesiones porque son otros los que tienen mayor ventaja. Pocos extracomunitarios que se saben líderes y piezas claves de sus equipos son capaces de plegarse y dejar a un lado el egoísmo de los números propios por el bien del equipo... Y aunque Panko este año no está ahí arriba en la clasificación de valoración, el equipo juega mejor a Baloncesto, en gran parte porque Panko esté actuando de esta manera. Luego llegan partidos como éste y los que le critican recuerdan lo que tenemos. En lo que a mí respecta, Panko no tiene nada que demostrar, su actitud es encomiable y este partido lejos de ser un reivindicación, es un ejemplo de su profesionalidad y su valor para este club.

Como curiosidad, Panko, que ya fue MVP de la LEB en el segundo ascenso, logra por primera vez el galardón de Jugador de La Jornada en la ACB en la historia del GBC. Y eso que Panko ha sido precisamente uno de los que más han sufrido ese doble rasero arbitral... Sino el que más.

En el caso de los bases, resulta difícil juzgar a Salgado cuando en ataque ha estado muy bien pero en defensa se ha visto superado. Su aportación al equilibrio ofensivo es vital para este equipo porque tiene un talento innato para llevar el balón a las manos adecuadas (incluso si son las suyas) para que la jugada termine en canasta, pero tiene que aplicarse más en defensa, necesitamos que lo haga. Con todo, es mucho más lo positivo que le da al equipo que lo negativo; por eso es tan importante que persevere en tareas defensivas. Por su parte, Ricardo Uriz fue mucho más regular. Quizá no ofreció chispazos tan evidentes en ataque, pero estuvo más sólido atrás. Su interpretación de dos contra dos y el saber leer que cuando él penetraba la defensa estaba mucho más pendiente de las continuaciones que de sus penetraciones de dieron buenos réditos, en gerenal firmó un partido muy sólido. Yo creo que tenemos una pareja de bases que tanto como conjunto como de manera individual están firmando una temporada muy destacada.

Y antes de pasar a lo negativo, no puedo olvidarme de Mo Kone. El pívot marfileño lleva ya tiempo llamando a la puerta, mereciendo más minutos. La pareja Doblas-Miralles es solvente pero su aportación cada vez mayor. Su intimidación atrás y poder físico adelante están sumando cada vez más para el equipo y ante Baskonia su ganancia de minutos es más que merecida. Los despistes en el rebote, el único lunar de su partido.

Por último, hay dos jugadores en el apartado negativo que interpreto de manera completamente opuesta. Jimmy Baron realiza su peor partido del año. No le sale nada. Se precipita en ataque y sufre como nunca en defensa. Pero porque naufrague un día no se le puede crucificar. Se ha revelado como una pieza findamental para este equipo y su mal partido es una anécdota. No creo que nadie tenga dudas de que no tardará en volver a brillar y mostrar la cara a la que nos tiene acostumbrados. Me da rabia que tuviera ese mal partido, me jode; pero mi confianza en él está intacta.

Lo que sí comienza a preocuparme es el despliegue de Niko Tskitisvili. Lleva cuatro partiditos que ya le vale... Quizá sea por su carácter frío o por lo impasible de su comportamiento, pero da la sensación últimamente de estar en el campo por estar. Esto choca con el corazón que le ponen sus compañeros en el juego interior, pero más allá de valoraciones subjetivas, es un hecho que últimamente no le aporta nada de nada al equipo. Esperemos que despierte de su letargo porque su calidad le da cosas al equipo que ningún otro puede y si no suma, se nota. A ver si se pone las pilas...

Después de esta derrota que nos deja una importante desazón, es importante que el equipo salga cuanto antes de la mala racha. Creo que es una suerte que se vuelva a jugar tan pronto porque a buen seguro dentro del equipo la rabia que todos sentimos será incluso superior y tener fresco ese sentimiento ayudará para ganar en Zaragoza. Lejos de que esa victoria nos permitiera vivir el partido frente a Barcelona con cierto aire de milagro copero en el ambiente, me resulta trascendente en la marcha general del equipo. Por segunda vez esta temporada se acumulan tres derrotas seguidas; la anterior ocasión el equipo supo reaccionar con carácter, ahora es siquiera más importante dar un golpe sobre la mesa, no tanto de cara a los rivales sino para demostrarse a si mismos y al entorno que este equipo quiere mirar más hacia arriba que hacia abajo esta temporada.

Si el equipo da argumentos para creer en él es en los malos momentos cuando más debemos hacerlo. Yo tengo una confianza muy importante en este grupo y en cómo está haciendo las cosas. Hay que ir a Zaragoza y demostrar de qué pasta estamos hechos. Porque no deja de estar a un paso firmar la mejor primera vuelta de nuestra historia en la ACB, lo que no deja de ser un logro destacable y relevante. Si ganamos el miércoles ya volveremos a hacer cuentas para tener más alicientes si cabe en la visita del Barcelona...

Porque ahora, después de la oportunidad malgastada ante Alicante y, ya sea por el rebote, los árbitros, el mal partido de Baron o lo que sea, tenemos en mente todo lo que pudo ser y nunca fue. Y lo único que realmente nos interesa ahora, lo único en lo que debemos pensar es en sumar una victoria en Zaragoza. Lo demás ya no importa nada y aunque tengamos mal sabor de boca cuanto antes lo superemos mejor, porque tenemos muchas cosas buenas por las que luchar y ni mucho menos estamos tan mal. ¡Vamos a por el CAI!

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